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Vista al pizarrón
El primer día de clases de séptimo año básico se ha grabado a fuerza en mi memoria, supongo que presenciar un caso de sicariato y tiros con su respectivo linchamiento tiene bastante que ver. Pero ese es otro tema, del que se pueden escribir crónicas o artículos protestas. Volvamos a lo que nos compete. Sí algo comprendí aquel abril del 2008, asfixiada en mi nuevo y detestado uniforme a juego con los zapatitos negros de charol; es que la pesadilla no hacía más que comenzar. Pase un total de siete años en aquel plantel educativo, ahora, tres años después de mi ansiada y trágica graduación he sido capaz de reflexionar al respecto: en aquellas cuatro paredes, la autoridad era francamente incuestionable. Tan incuestionable como el sistema y su violencia.
La clase introductoria que prima en mi memoria, es la de música, especial mención al profesor tosco y menudo que la impartía. Pobre de ti, desdichado si decidías ignorar la consigna de utilizar solo bolígrafo negro, de atreverte a mirar a cualquier otro lugar que no fuera el pizarrón. Del grito revienta tímpanos que promulgaba “VISTA AL PIZARRÓN”, de la saliva en la cara y de la dignidad pisoteada no te librabas.
Pero quizás lo más cuestionable de su accionar era su extraña y particular manía de martirizarte por no llegar al fa o estancarte en un do re mi. Y es que daba completamente igual si tenías una amigdalitis del diablo o si por orden natural tu voz de tarro te saboteaba. El susodicho te haría salir frente a toda la clase, te obligaría a repetir veinte veces el error, recalcando groseramente cada fallo, cada gallo. Era tu culpa por ser un incompetente y de eso no debía quedarte duda, ni a ti, ni a las otras veinte cobayas con las que compartías aula.
Pero, contra todo pronóstico un tirano con complejo de Mussolini no es ni de cerca lo más aterrador de todos aquellos años de “excelencia académica”.Cuando la secundaria llegó, las notables referencias a “el orden natural” del mundo comenzó a ser cada vez más frecuente. “El pobre es pobre porque quiere” “Hay que enseñarles a pescar, no darl…” y bla, bla, bla. Eso sí, permitamos que los niños traten al portero como su mayordomo, dejemos que roben los helados al señor que camina bajo un sol abrasador hasta el kilómetro veinte. ¿Qué más da si el estrato social de los estudiantes define el grado de respeto e integración del conjunto escolar?
“(…) 80 personas poseen la misma riqueza que la mitad más pobre de la población cuando en 2010 la concentración estaba en 388 personas, lo que da cuenta de una creciente concentración de la riqueza mundial en cada vez menos manos. En el caso del Ecuador, el 2% de las familias posee el 90% de las grandes empresas.” (Mancero, 2015)
¿Educación sexual? ¡Qué nos importa! Despidamos al único profesor (doctor, titulado) que se atreve a dar respuestas. Ni que fuera el fin del mundo que los compañeros decidan condicionar el respeto hacia sus compañeras por la vida sexual que llevan. Pero eh…no pasa nada si los alumnos proclaman a los cuatro vientos que “los homosexuales no entran en el sagrado corazón de Jesús”. Que se joda el respeto al prójimo; el uniforme no basta, las mentes también son homogéneas. “Es el precio de la excelencia”
“(…) hace tres años, un estudio hemerográfico realizado por Silueta X revisó varios periódicos entre 1990 y 2013. Así identificaron 82 asesinatos; el 79% fue contra transexuales.” (El Comercio, 2016)
“En la mayoría de casos, las víctimas se quedan calladas. Es así que 7 de cada 10 niñas adolescentes entre 15 y 19 años, que sufrieron de violencia física y/o sexual, indicaron que nunca pidieron ayuda, muchas dijeron que no se percataban de que sufrían una forma de violencia.” (UNICEF, 2017)
Vamos ahora con lo mejor de todo, al corazón de la estructura: las relaciones de poder. Y es que el colegio no deja de ser el reflejo de un poder fáctico y conductivo de mayores dimensiones, con actores e intereses políticos de por medio. ´
¿Debería seguir? Hay tanto, dios, es imposible no sonreír con ironía ante la incredulidad del grueso poblacional cuando el político corrupto de turno cae. Profesores siendo intimidados, presionados por relaciones familiares. Siendo acosados, relegados y desautorizados abruptamente frente a todo el comité estudiantil. El falseamiento de notas autorizado por los directores del teatro. Las cifras maquilladas y feliz el dueño del circo, como lo esperábamos, pavoneándose.
“Ecuador figura entre los países con mayor percepción de corrupción durante el 2015, en el reciente informe de la ONG Transparencia Internacional. El país se ubicó junto con Argentina en el puesto 107 de un total de 167, en el llamado Índice de Percepción de Corrupción.” (Quiroz, 2016)
¿Quiere decir maestra que no importa? ¿Cuánto estudie, esfuerce e incluso sobreviva? ¿Estaré condicionado a las mentes moldeadas que mueven las marionetas desde arriba?
Supongo que la respuesta es bastante más compleja, pero hagamos un ejercicio de síntesis.
“Vista al pizarrón”
Bibliografía
El Comercio. (28 de Junio de 2016). Delitos de odio preocupan a los Glbti. El Comercio.
Mancero, J. V. (4 de Julio de 2015). La desigualdad, un fenómeno que persiste en el mundo y que Ecuador busca combatir. Andes.
Quiroz, G. (28 de Enero de 2016). Transparencia Internacional ubica a Ecuador en su índice mundial de percepción de corrupción en el 2015. El Comercio.
UNICEF. (18 de Septiembre de 2017). Unicef Ecuador. Obtenido de https://www.unicef.org/ecuador/media_28087.html
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