El gobierno de los príncipes: Conceptos y análisis

by - April 08, 2020



Bien común: El gobernante  debe procurar el bien común, como si fuera  el suyo propio. Parte desde la visión aristotélica, aseverando que el bien individual está directamente comprendido en el bien colectivo, el bien común es por lo tanto el objetivo de toda sociedad, gobierno y acción política. 

Justicia: En la justicia está plasmado el bien común, por ende esta virtud determina el correcto funcionamiento de la sociedad, el bien común es alcanzable mediante la virtud de la prudencia. Por ende, ambas son complementarias.

Monarquía: Santo Tomás considera que es una forma de gobierno pura, en cuanto la mejor, debido a la asociación directa que existe entre el rey y Dios, entre el reino terrenal y el reino divino. Toma el concepto aristotélico de “orden universal” para asumir que tanto el reino terrenal como el monarca están hechos a semejanza de Dios. Por ende la monarquía es un designio divino.

Unidad: Santo Tomás concibe el concepto de unidad desde la complementariedad del alma y el cuerpo, esta viene dada por condición natural y es necesario que se mantenga para la supervivencia. Es por lo tanto que la agrupación de seres humanos en sociedad sea plenamente natural, es además esencial que la unidad de la sociedad se mantenga, pues de este modo se asegura la supervivencia de la misma. Esta unidad permite además llevar a cabo de manera correcta todas las actividades que llevarán al bien común.

Policía: La Policía es una forma pura de gobierno que se deriva del gobierno justo impartido por soldados. Es decir que estos posean la facultad de gobernar a la sociedad en función del bien común.

Concepto de Hombre: El hombre es una creación de Dios, por ende su existencia es perfecta y positiva. Posee el alma y el cuerpo, además de la razón. La relación complementaria  que existe entre alma y cuerpo la que permite concluir a Santo Tomás la necesidad natural que posee el hombre racional de formar sociedades. De la complementariedad también surge la conclusión de cuál es la mejor forma de gobierno, y el perfil que debe tener el gobernante para cumplir con los preceptos divinos.

Divinidad: Si bien el autor considera que Dios es perfecto, contempla también que el hombre puede obtener perfecciones de su relación metafísica con Dios. Es la búsqueda del hombre de vivir bajo los preceptos divinos. Es esta divinidad además fuente de legitimidad.

Estado: El Estado para el autor, es justo antes que legítimo. La correcta conformación de este Estado se apoya en las virtudes capitales: Justicia, fortaleza y templanza. A su vez establece que la prudencia es la virtud capital. Si tanto los súbditos como el gobernante son capaces de cultivar estas virtudes el Estado será justo. Pues de este modo se cumplen con los preceptos divinos del mundo celestial y de Dios.

Tiranía: La tiranía es una forma impura de gobierno que se deriva del desconocimiento de la justicia. Es por lo tanto la priorización del gobernante hacia sus intereses personales y el desentendimiento de los intereses de sus súbditos. No obstante la tiranía recae en una importante conclusión: un gobernante amado posee legitimidad y por lo tanto autoridad. El mandato del tirano, por el contrario es efímero.

Dios: Santo Tomás comprende que Dios engloba el concepto aristotélico de “orden universal” la imagen de este ser supremo está concebida desde su cosmovisión cristiana. Más su rol no es netamente espiritual, también es netamente político,  engloba el ser del hombre al igual que el ser de la sociedad. La existencia de Dios es incuestionable, por esto mismo establece la necesaria relación entre fe y razón, llevando a cabo la suma teológica aquella que permite la explicación racional de la existencia de Dios. Por ende Dios es un todo, de él, parte todo, incluido el designio divino de gobernar que posee el monarca.

Iglesia: La iglesia es un apéndice del reino divino en el reino terrenal, posee por ende la capacidad de guiar a los hombres por el camino de la rectitud que les permitirá vivir bajo los preceptos divinos. De modo que es el puente que permite al hombre alcanzar el paraíso.

Fe: La fe es una virtud que trasciende, por ende permite el reconocimiento de la existencia de Dios de manera natural e inherente. Es decir la existencia de un orden universal que toma la forma de un Dios todo poderoso es incuestionable. Es deducible naturalmente y por ende evidente.

Razón: La razón es análoga a la fe. Santo Tomas comprende al hombre al ser, como una complementariedad  que parte de la relación cuerpo-alma. Del mismo modo fe y razón se necesitan para subsistir. La razón además es natural en el hombre, ha sido dotado de ella de manera natural. Le permite a este tener concebir una finalidad, que constará con una intencionalidad marcada por la razón.

Alma: El autor concibe el alma desde una visión aristotélica, plantea que el alma es la que permite al hombre y a todos los seres vivos percibir y tener noción de su existencia. El alma es también obtenida por relación natural, más esta debe ser cultivada, es necesaria del mismo modo para el cuerpo. Ya que permite al hombre tener noción de todas sus necesidades y funciones naturales, de modo que puede servirse de estas o mantenerlas bajo control para su supervivencia.


Paz: Es la virtud que conduce al hacia la rectitud, es decir a realizar actos bondadosos y correctos. Engloba la armonía entre las partes de un todo, esto quiere decir que engloba de algún modo la relación gobernante-gobernados. Debe ser procurada por el gobernante pues imprescindible para llegar al bien común, comprende la relación inherente entre el bien individual y el bien colectivo.

You May Also Like

0 comments