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Paladar

by - April 08, 2020



The Giants Of Industry

El reloj digital marca las cuatro y veintisiete de la madrugada, el frío invernal trepa por las rendijas de la ventana. El ruido del tren de las once se pierde en la lejanía de las vías oxidadas de la estación de L'Hospitalet. El regusto a vino baila gustoso entre mis papilas, la tela de algodón parece haberse adherido a la espalda, el tacto raposo de las sábanas blancas me narra historias sobre lo triste y lo melancólico. El calor trepa desde mis piernas hasta el ombligo en las palmas de tus manos, arqueada apoyo mi mentón en tu cuello; tabaco arábico y sal en la boca.

Desnudarse y perderse. Transitar por el oxímoron de lo que sana y lo que hiere. Gritar cuatro, cinco diez, veces y armar compases de melodías que ahogan el llanto.
El sabor disfrazado de rutina, desenfreno, de duda existencial, y en medio de un orgasmo semiestructurado, dejado casi a la mitad

La capacidad de transformar, hacia el vacío, hasta lo profundo de lo agridulce cobijado en mi paladar.

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