29 de enero del 2021

by - January 29, 2021

Quién diría, ¡Han pasado cinco años! Quién diría…¡Ya díez! Quien diría ¡Ya casi, casi, trece!

Y se hizo de día.


Ha llegado el invierno, como todos los años, desde que existen los años, en esta, en esta vida en concreto, recreada bajo el agujero en el bosque, perdida, en los pasos de Alicia. Los grillos han vuelto a cantar, yo he vuelto a sentir la náusea, y me he mirado cada mañana al espejo: he dejado de tener quince años, y aún así, mi anhelo infantil sigue arraigado a las pupilas.

Es este un tiempo color y tacto, hueso, redondeado: me sigue importando lo primordial y como siempre, me sigue siendo negado. Quiero huir, y ser pequeñita en paz y en silencio, arrullar en la distancia las verdades incómodas, el diagnóstico y mis consideraciones sobre genes, alelos, epigenética, sociedad, política, cultura, estructura, tradición, lenguaje... y más variopintas posibilidades. Porque tengo miedo, porque estoy sola, y porque la vida se me ha vivido en piloto automático. Porque hay pasado, y yo no puedo deshacerme de él, ni de nadie. 


Porque soy adulta, y solo me corresponde estar a la altura y señalar responsabilidades.


Aún así, qué lástima,

Aún así, qué injusto:


La existencia arbitraria, la crueldad y el sufrimiento, los dioses no están muertos.


Apuntes del 29 de enero del 2021


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